martes, 18 de enero de 2011

Resumen Jornada Premier: Derbis y empates



Los derbis son la grandeza del fútbol. Y si son en Inglaterra, con su historia y cultura futbolística, mucho más. Presenciar a miles de hinchas dejándose la garganta por su equipo mientras portan los colores de una ciudad es algo difícil de borrar. Son fechas marcadas en el calendario, partidos que bien valen una temporada, sentimientos que bien valen una vida. En el país anglosajón hay multitud de enemigos regionales y simbólicos que hacen que en la Premier prácticamente cada semana haya un ejemplar. Lo inusual es que sean cuatro los derbis en una misma jornada, como hemos disfrutado el pasado fin de semana. Distintos tipos de rivalidades, de la rivalidad máxima a otra versión más pacífica, pero al fin y al cabo derbis. Así que da igual si al entrar al campo te encuentras un estadio lleno de bufandas al aire cantando el You´ll never walk alone, un mosaico de impresos rojiblancos de gatos negros enrabietados, una invasión de campo para despedirse como verdaderos villanos, o un aspecto más discreto a causa del desánimo popular. Sus ingredientes, como siempre: La intensidad, la disputa, la incertidumbre, el orgullo...Yo apostaría por un empate en ellos.

Después de un miniparón copero, la Premier League volvió a las pantallas con la 23º jornada y lo hizo por todo lo alto, con un Super Sunday de rivalidades, y es que se jugaron 3 derbis más un Tottenham-Man Utd de categoría. Curiosamente, los partidos del domingo se saldaron todos en empate, lo que dice mucho de la competitividad del fútbol inglés en la actualidad. Cuatro derbis y cinco empates, en un fin de semana que deja a los equipos de Manchester igualados en la carrera hacia el título, y la sensacion de que se ha fragmentado la clasificación y de aquí a final de temporada los objetivos ya se antojan visibles.

En Merseyside era un día especial, se encontraban de nuevo Liverpool y Everton en el conocido como el derbi de la hermandad. Un Anfield Road a rebosar acogía con los brazos abiertos a sus vecinos con los dos conjuntos atascados en la zona media de la tabla, pero el viejo estadio está de rebajas, y es que son muchos puntos los que el Liverpool ha regalado allí. El Everton, sin ser desagradecido, se llevó un trozo del pastel. Las cámaras enfocaban a King Kenny, que volvía a sentir en el cogote el calor de la afición. El escocés sacó de entrada a su artillería pesada en contraste con el once de circunstancias del que tuvo que hacer acopio Moyes. El Liverpool se fue con ventaja al descanso en un primer tiempo de mucha intensidad e imprecisiones de cada lado. Pero en la segunda parte varió el guión con los toffees llevando la manija del juego y volteando el marcador en cinco minutos. El Liverpool se fue reponiendo, con poca colaboración de Torres, y a base de empeño es como llega el fallo de Howard que transformaba desde los once metros Dirk Kuyt, que en un partido tan revolucionado fue el que se echó el equipo a la espalda. En un desenlace emocionante, ninguno se quedó con los tres puntos, lo que los deja descontentos donde estaban. El Liverpool sigue evidenciando problemas de juego, no así de garra. El Everton, por su parte, sigue demostrando ser capaz de lo mejor y de lo peor.

En el derbi más norteño de las islas (y uno de los de mayor rivalidad del mundo), Sunderland y Newcastle volvían a verse las caras después de la sonrojante derrota de la ida a cargo de los vecinos del río Tyne. Dos equipos asentados en la lucha europea en buen momento que también firmaron tablas en un encuentro apasionante y que se resolvió al final con un gol de Asamoah Gyan en el último suspiro para no dejar volar los tres puntos hacia la casa del enemigo. A falta de buen fútbol (lo sufrieron algunos como Henderson y Barton), se impuso el físico y la altura en un partido muy batallado, con Ameobi bajando todo lo que le echaban y Coloccini como bastión central de la Army Toon. Dos disposiciones tácticas rígidas muy parecidas les convierte en equipos muy bien organizados y muy difíciles de trastocar. Los de Alan Pardew fueron superiores, sobre todo en la segunda parte, pero no supieron cerrar el marcador cuando tenían a los black cats mermados y en uno de los únicos despistes les llegó la igualada. Buena oportunidad perdida del Newcastle para arrimarse al tren de Europa, mientras que Steve Bruce sigue acomodado en la sexta plaza como revelación del campeonato. Eso sí, seguro que no le habrá hecho gracia que Darren Bent haga las maletas para irse al Aston Villa.
 La imagen más desagradable del fin de semana tuvo lugar en el derbi, hot forever, de Birmingham. La invasión de campo que se produjo al término del choque confluyó en un altercado entre hinchas de los dos equipos que puso la guinda a un partido cerrado, sin apenas jugadas de gol, espejo de la situación por la que pasan los dos equipos. Dos goles en jugadas a balón parado y poco más que suponen un puntito que no sirve para eludir la zona caliente de la clasificación.

El Tottenham se quedó con la miel en los labios de ser el primer verdugo del Manchester United esta temporada. No pasó del empate a 0 en White Hart Line en un partido en el que las ocasiones y el juego las pusieron los spurs, pero a los pupilos de Alex Ferguson ya parecían valerle el empate antes de empezar, y más con la expulsión discutible de Rafael da Silva. No es de extrañar de este modo que acumule el líder 9 empates en sus once salidas hasta el momento, ajustándose a la media inglesa, exhibiendo un conformismo impropio de una entidad como la que representan.. Con su once titular en el césped, los londinenses pusieron toda la carne en el asador, pero se estrellaron quizás con la defensa más dura del mundo en estos momentos. Puede haber sido la última oportunidad para el Tottenham de dar caza al primer puesto.

Un domingo cargado que estuvo precedido por el grueso de la jornada en sábado, donde Manchester City, Chelsea y Arsenal cumplieron con distintas percepciones.
Los gunners siguen la estela de los de Manchester sin apenas despeinarse en su visita a Boleyn Ground. El West Ham fue un juguete roto para el Arsenal, mejor visitante de la liga, que ofreció su cara A (con su equipo A), después de las dudas mostradas ante equipos de la Championship. La noticia positiva para Wenger es la recuperación definitiva de dos piezas claves como Van Persie y Walcott que marearon a la retaguardia hammer. Avram Grant sigue como capitán del barco, aunque su puesto pende de un hilo, y más viendo la debilidad de los suyos, farolillo rojo y sin seis jugadores fijos en el once.
No con tanto desahogo resolvió su partido el City de Mancini. El Wolverhampton no le tuvo respeto en su propia casa y apunto estuvo de montar la de San Quintín. Los Wolves encerraron al City en la primera media hora y tomaron ventaja rápido. Y cuando más controlado tenía el partido el equipo de las West Midlands, Tévez despertó para guiar a los suyos con otra actuación individual llena de casta y picardía. Buenas maneras de Dzeko en su primer partido, aunque todavía tiene que coger el ritmo inglés. Con el 4-1, los skyblues  se echaron a dormir, y el Wolverhampton marcaría dos goles más que no sirvieron para poder rascar algún punto. Otro vez el Manchester City fue muy efectivo, jugando al contragolpe y sin una coordinación en su juego que origina desconfianza.
Del partido del Chelsea no hay mucho que decir. Partido flojo, dos jugadas embarulladas para certificar una victoria que no disuelve las dudas del equipo. Drogba sigue sin marcar, la cabeza de Ivanovic fue clave y el Blackburn empeora mucho sus números en enfrentamientos con los grandes.
En el resto de la jornada: Stoke City 2-0 Bolton, West Bromwich 3-2 Blackpool y Wigan 1-1 Fulham.

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