martes, 5 de enero de 2010

La valentía contra la cobardía en Gijón

Cualquier seguidor de un club debe sentirse abatido y furioso cuando su equipo no despliega actitud ninguna sobre el campo y se encierra cual pequeño equipo de categorías inferiores frente a un grande. Pues ayer el Málaga tomó esas premisas en el Molinón, donde salvó un punto en un partido que sencillamente se hubiese decantado a favor del Sporting de no ser por la fortuna que tuvo el equipo boquerón de adelantarse dos veces en el marcador.



Y es que desde el primer minuto del partido ya se apreciaba un cierto aire de conformismo y ominosidad en el juego de los malacitanos, atrincherados entre el área y la línea de tres cuartos en defensa con un manifestado juego de cierre reprochable si no hubiese sido por la habilidad que posee Forestieri, sin duda el más atrevido pero demasiado endeble todavía. A todo esto en la segunda parte, ya el Málaga se asemejaba más con un conjunto de amateurs insistiendo en obsequiar al Sporting con temor al balón o despejes deficientes. LLegaba a soliviantar la incompetencia con la que jugaban Baha o Fernando. Sin embargo, todo puede tener su explicación, el Málaga acudía a territorio asturiano sin Obinna, con Apoño tocado y con un Edinho un tanto apartado; sin duda tres de los hombres más peligrosos del equipo. Será fundamental este mes de enero para poder reforzar la plantilla.



Por el otro lado estaba el Sporting de Gijón, una patrulla de jugadores bravos que demostraron porque su equipo mira la clasificación más hacia arriba que hacia abajo, aunque tuvieron suerte por cómo se producieron sus dos goles. LLegaron por las bandas, con un estilo agresivo, pero sin eficacia ofensiva. Pero en los rojiblancos hubo un futbolista que me volvió a impresionar, Carmelo, el mediapunta canario que saltó el campo y otorgó a su equipo mayor creatividad en las acciones de ataque. Cayendo a banda, tirando paredes, dándole sentido al fútbol de los gijoneses, un fútbol que no fue justo con los méritos que hicieron ambos equipos para llevarse el triunfo, lo que pasa es que este empate sirve para comprender la posición de cada uno de estos clubes en la tabla.

lunes, 4 de enero de 2010

El Barça se ahoga en su primer partido del año





Hubo empate a uno en el Camp Nou en el estreno del megabarça de Pep Guardiola con el ánimo de brindar espectáculo y una victoria a sus aficionados. Algunos la anticipaban, pero desconocían que enfrente tenían a un Villarreal al que ya le empiezan a favorecer los resultados, un equipo que le costó arrancar la máquina pero que ya ha cogido la senda ganadora.

Los azulgranas carecían de varios hombres importantes como Leo Messi, Toure Yaya y Seydou Keita; que se han marchado ya a Angola para concentrarse con su selección. Con estas bajas, Pep tuvo que apostar por Jonathan Dos Santos en el centro del campo. Por su parte, Valverde dio cabida a Nilmar y David Fuster, en detrimento de la dupla Rossi-LLorente. El chaval se erigió en uno de los protagonistas del encuentro, y es que suma ya dos goles en liga anotados contra dos rivales de caché. Este Villarreal no puede temer la capacidad de regeneración en un futuro con jóvenes promesas como Fuster, Escudero o Bruno. Aunque la principal arma del submarino fue su magnífica presión conjunta que dificultó enormemente la salida del balón del Barcelona. Con las líneas defensivas tan adelantadas, el partido se jugó en poco espacio y se cometían muchas imprecisiones pero con todo esto el submarino amarillo llegó a quitarle el balón en varios instantes del primer tiempo, lo que obligó a los catalanes a practicar un fútbol de contragolpe, algo que desquicia a Guardiola. Seguramente por ello en la segunda parte el Barça quiso tener el dominio del cuero pese al trabajo tácticamente perfecto de los castellonenses. El problema es que en el banquillo abundaba Iniesta y poco más. En ataque fue Henry el que mas participó en las acciones de gol (ya que Ibrahimovic andaba seguido muy de cerca por Godín y Marcano) de su tremendo zapatazo llegó el tanto de Pedro, otro más.

Puestos a resumir, creo que el Barça del sábado no hizo un gran partido debido también a la exigencia que adquirió el choque pero no debemos malacostumbrarnos a ver este club arrasar y tratar al oponente siempre como a una marioneta, el competido duelo de ayer favorece el espectáculo y que el traspiés se debe en gran medida al acierto y la ideología de todo un Villarreal, un equipo de una pequeña ciudad de Castellón que juega al fútbol como los ángeles