sábado, 19 de noviembre de 2011

Las urracas vuelan alto




Este sábado toca partidazo en la Premier. Un choque con atributos que lo hacen especial. No es por la rivalidad de sus hinchadas, no es por el distintivo de ``clásico´´ de fútbol inglés, ni siquiera por la paridad entre dos equipos con la responsabilidad de vivir en lo más alto, bueno en un caso contractual sí. Se miden en el Etihad Stadium, lo que viene a ser el City of Manchester, el 1º y el 3º mejor equipo del campeonato, según dicta la clasificación. El gran aliciente que condimenta el partido es el de las derrotas. Cero. Manchester City y Newcastle son dos de los cuatro equipos en las grandes ligas, junto a Juventus y Barça, que permanecen invictos en este primer tercio de curso.

Los números de los cytizens obedecen a la lógica. Un proyecto que ha llegado a su culmen y que está predestinado al éxito, ha arrancado el trimestre con todo victorias salvo un empate, y regalado. Aventaja en cinco puntos a su más inmediato perseguidor, pero lo más estimulante para Roberto Mancini es el sinfín de alternativas y combinaciones posibles que hacen del City un púgil terrible, que tiene en David Silva a su director de orquesta.
En la otra esquina y con un balance de siete conquistas más cuatro empates, la gran sensación de la temporada, el Newcastle United, por encima de Tottenham, Chelsea, Liverpool y Arsenal. Hacía tiempo que la Army Toon no se codeaba con la aristocracia del fútbol inglés, pero esta vez están alzando el vuelo con un inicio demoledor. Tan demoledor que ha pillado por sorpresa hasta a su manager: ``No puedo decir que no estoy un poco sorprendido por lo bien que lo hemos hecho´´``No esperas ir tan lejos en la Premier League y no ser vencidos´´, comentaba Alan Pardew.

Para ello han tenido que efectuar un viaje hasta sus entrañas. Este viaje comienza en 2008, año en el que los magpies tuvieron que romper con todo para empezar de nuevo. Su descenso a la Championship se consumaba en una tarde de mayo, cuando, dependiendo de sí mismos, no supieron aprovechar los tropiezos de sus rivales. Ese día era el infierno para una entidad histórica, residente en la Premier League desde su creación. Pero aquel descenso no fue una casualidad. Era algo que tarde o temprano acabaría sucediendo, porque el Newcastle fue perdiendo peso unos años atrás y de mirar de media tabla hacia arriba, ya lo hacía hacia abajo.
El viaje de reencuentro duraría un año, lo que las urracas tardaron en ascender de nuevo, de la mano de Chris Hughton. A decir verdad, el pilar sobre el que se asienta el renacimiento del equipo sería la lealtad de su afición, personificada en las 50.000 almas que copaban las gradas de St James Park cada jornada. El Newcastle no perdió ni un solo partido como local esa temporada, y finalizaron como campeones, preparados para el regreso a la máxima categoría.
Una vez de vuelta, el pasado año el Newcastle se instaló en el centro de la tabla, exhibiendo firmeza e irregularidad a partes iguales. El cambio más significativo tuvo su epicentro en el banquillo, con la inesperada destitución el pasado diciembre de Chris Hughton, al que sustituiría Alan Pardew como técnico.

La tercera posición del Newcastle es aún más sorprendente si nos ceñimos al transcurso del verano, donde el club sufrió un despiece en su plantilla, propiciado por la marcha de jugadores clave en el ascenso de las urracas: Andy Carroll, Kevin Nolan, Jose Enrique, y por último Joey Barton hacían las maletas dejando dinero en las arcas del club pero obligando a emprender la reconstrucción.
``Si quisiera marcharme, simplemente lo pondría de manifiesto y diría: Me quiero ir. Las cosas necesitan dirigirse ya que no estoy dispuesto a pasar por un descenso de nuevo´´, exclamaba Joey Barton denunciando la falta de ambición del club por la última salida de Jose Enrique, principal motivo por el cual el Newcastle acabaría traspasando a Barton.
El dueño del club, Mike Ashley, sacó por fin al poco del cierre del mercado para reforzar líneas necesitadas. Así es como se trajo a Cabaye, Obertan, Demba Ba, Marveaux y Santon, fichajes que están rentabilizando el capital desembolsado, sobre todo dos de ellos: Yohan Cabaye y Demba Ba.
El mediocampista francés se está convirtiendo en una de las revelaciones de la Premier. El ojo del Newcastle para ficharlo del Lille por 6 millones de euros fue todo un acierto. Cabaye le da la creatividad y la calidad que le faltaba a la Army Toon en la medular. Aun así avisa: ``Todavía no estoy en mi mejor forma´´.
Demba Ba es el gol. Incorporado del descendido West Ham este verano, el senegalés registra ocho goles hasta la fecha en Premier, contando con que su ritmo goleador se ha moderado. Sus privilegiadas condiciones físicas y su potente remate de cabeza son sus armas mortales. Pero no solo eso, su entendimiento con el otro punta, Leon Best, acrecienta el peligro en ataque del Newcastle.

Más allá de las nombres, la virtud de este Newcastle reside en palabras de Pardew en ``la consistencia´´, reflejada en una infranqueable estructura defensiva, que ha concedido tan solo ocho goles, el menos goleado de la categoría.  La coordinación de la defensa es fundamental para explicar esto. El Newcastle ha repetido línea defensiva en todos los partidos disputados, compuesta de derecha a izquierda por Danny Simpson, Steven Taylor, Coloccini y Ryan Taylor.  En la portería, el joven holandés Tim Krul está cuajando una temporada notabilísima, con actuaciones prodigiosas que le están dando un nombre en las islas.

Las curvas que se les vienen ahora estimarán el nivel real de las urracas, visitando a los dos conjuntos de Manchester y seguidamente recibir al Chelsea en el nuevo Sports Direct Stadium, antiguo St James Park, renombrado en los últimos días por una importante suma de dinero. Ni tan siquiera eso crispa la moral de un club que ahora mismo vuela muy alto, casi por las nubes.

Teóricos onces:

Manchester City: Hart, Richards, Kompany, Lescott, Kolarov, Barry, Yaya Toure, Silva, Nasri, Aguero y Balotelli

Newcastle: Krul, Simpson, S.Taylor, Coloccini, R.Taylor, Guthrie, Cabaye, Obertan, Jonás Gutiérrez, Best y Ba

martes, 15 de noviembre de 2011

Bosnia-Herzegovina y las segundas oportunidades



Como si el fútbol le hubiese arrebatado a la selección de Bosnia-Herzegovina una oportunidad única justo ahora hace dos años de acceder a un torneo internacional por primera vez en su corta andadura como país independiente. Como si la historia no tuviese escrito desde entonces que la selección balcánica, para alcanzar el gran objetivo, tendría que ascender hasta el mismo escalón en el que tropezó. Volver al escenario donde se truncó todo y devolverle a Portugal el castigo, pagándoselo con la misma moneda, para demostrar que la hora del salto ya ha llegado.

``Somos un equipo que está en constante progresión y nos estamos enfrentando a grandes equipos. Lo que queremos es estar en los grandes torneos, y vamos a estar en el próximo´´. Así de categórico se ha mostrado Miralem Pjanic, estrella del combinado bosnio, cara al decisivo encuentro de este martes (22:00; Gol Televisión). Porque el crecimiento de Bosnia y Herzegovina como selección desde su denominación en 1995 ha seguido un ritmo exponencial. Pocos años después ya andaron cerca de la clasificación para la Euro que presidió precisamente su rival en esta repesca, de la que le separó un único gol, mientras que para Alemania 2006 también tuvieron el caramelo en la punta de la lengua, complicándole el pase a Serbia y España.
Aunque esos resultados ya fueron notables, la gran oportunidad de Bosnia-Herzegovina se presentó para el último mundial, solo que Portugal se cruzó en el camino, doblegando al entonces conjunto de Miroslav Blazevic en la ida y en la vuelta por el mismo marcador (1-0).

Lejos del ocaso por el abatimiento tras una oportunidad perdida, esta estación les ha servido para consolidar una generación brillante liderada por Edin Dzeko, Zvejdan Misimovic, el propio Miralem Pjanic o Emir Spahic, todos comunicados con las mejores ligas del mundo. El más puro azar les ha arrastrado caprichosamente a tener que vérselas de nuevo en la repesca de una gran cita con la selección lusa para resarcirse de una herida todavía abierta, claro que esta vez las circunstancias no son las mismas. La vuelta en el Estadio Da Luz se presenta sin tiempo para lavarse la cara después del empate sin goles en ``la ratonera de Zenica´´, donde ambas selecciones se reservaron para el 2º asalto, con el protagonismo del pastizal que había por césped, denunciado por varios jugadores portugueses junto con la intimidación de la grada. Ahora son los portugueses los que preparan un ambiente calentito contra los bosnios. "Nos dieron un patatal, preparemos ahora un infierno", titulaba el diario Record.
Esa es su principal baza para un envite con favoritismo incierto. Para unos el factor campo cobra un valor trascendental, para otros el truco es aferrarse al sistema del valor doble de los goles. No es casualidad que Bosnia-Herzegovina no encajara gol en la ida, ya que el cuadro dirigido por Safet Sušić ha permanecido imbatido en seis de sus últimos siete encuentros oficiales. Tan solo Samir Nasri ha sido capaz de batir al guardameta Begovic en ese parcial, y de penalti.

En realidad esa noche en Saint Denis se quedaron los bosnios con la miel en los labios de birlarle el primer puesto de su grupo a la Francia de Laurent Blanc, pues fajaron a un gran nivel y provocaron el nerviosismo durante un buen rato, un precedente que demuestra las dificultades para quebrar a una selección que ha se ha pertrechado ampliamente en el plano defensivo, una de las cojeras de la Bosnia anterior. Esta Portugal también tiene poco que ver con la de Queiroz. El ex ayudante de Ferguson agotó sus vidas en el banquillo luso y fue sustituido en el cargo por Paulo Bento, quien más allá de sacar del atolladero a su país cuando más lo necesitaba, tampoco ha dado motivos para la esperanza de hacer algo grande. Incluso su autoridad se ha rebajado ahora con la polémica de las deserciones de Ricardo Carvalho y Jose Bosingwa, que han cargado duramente contra el seleccionador. Así que pensará Bento que en tiempos de cólera, unidad ante todo: “Sólo nos sirve ganar, queremos ganar y jugaremos para ganar. Al final queremos un equipo feliz, una selección feliz y un país feliz”. Esta será la tercera vez consecutiva que Portugal tenga que pasar por la repesca para ganarse el billete, lo cual dice mucho de la falta de poderío que rodea a los lusos, pese a contar con futbolistas referentes en todo el mundo.

Con los demás cruces presumiblemente resueltos el Portugal-Bosnia acapara la jornada internacional, echando una mirada al pasado, cuando esta noche los guerreros bosnios tengan enfrente las mismas camisolas vermelhas, con el deseo de que la segunda oportunidad que les han concedido sea la definitiva. Sino, que se lo pregunten a Irlanda.

Teóricos onces

Bosnia: Begovic, Mudjza, Spahic, Pandža, Papac, Rahimic, Medunjanin, Misimovic, Pjanic, Ibisevic, Dzeko

Portugal: Rui Patricio, Joao Pereira, Bruno Alves, Pepe, Coentrão, Veloso, Meireles, Moutinho, Nani, Cristiano Ronaldo, Almeida